Brasil es Italia

Cagamos. No more jogo bonito. Ahora Brasil juega feo, pero te clava en cada una que tiene. Juega como Italia, pero con delanteros brasileros. Y Uruguay sigue siendo Uruguay. Con mejores intenciones, con estos gurises que intentan jugar mas prolijo que un Rotundo o un Trasante (?), pero se sigue quedando en el "casi".

La alegría es solo brasilera

Los verdeamarelhos comenzaron mucho mejor. Con decir que Uruguay generó peligro recien a los 15' con una jugada colectiva a un toque que terminó en los pies de Abel Hernandez, quien demostro que no iba a ser su día. Los volantes charruas no conseguían la pelota pero los brasileños no acercaban peligro al arco defendido por Rodriguez. Hasta que en el fatidico minuto 22, Urretavizcaya perdió la pelota en su propio campo y Souza aprovecho que la defensa celeste se encontraba mal parada para habilitar a Kardec, quien sacó un fuerte remate cruzado, imposible de detener para el golero uruguayo. Y listo, se acabó el partido. Porque este Brasil italiano cuando saca un gol de ventaja hace pata ancha. Es el vestido que mejor le calza, se dedica a destruir y agarrarte de contra, mal parado, para hacertelo pagar. Asi fue como en 10 minutos Uruguay se encontraba frente a la difícil empresa de levantar un 0-3. Teixeira en dos oportunidades ponía cifras de goleada en el marcador. Uruguay, sin demasiadas ideas, se fue con todo para adelante y consiguió el descuento por medio de Urretavizcaya, luego de que "la joya" marrara su definición mano a mano.

En el comienzo del segundo tiempo se vió lo mejor para la celestita, que, con el ingreso de Tabare Viudez, salió a llevarse por delante a su rival, intentando poner rapidamente el 2-3 que hiciera posible la hazaña. Pero falló allí donde Brasil no perdona, en la definición. Ahí estuvo la diferencia del partido. Porque, siendo honestos y viendo a los brasileños pegar, hacer tiempo, reventarla para adelante sin ningún tipo de verguenza e irse para afuera con la pelota, hay que decir que no le hacen honor a Brasil del '70. Pero, como mencione al principio, las que tienen las mandan a guardar y despues andá a darles vuelta el partido. Cuando promediaba la segunda etapa, el partido se terminó de desdibujar, con Uruguay completamente volcado al ataque y Brasil esperando para liquidar el partido de contra. Pero los minutos fueron pasando y el descuento nunca llegaba, convirtiendo en utópico el empate. Casi en la hora, el arbitro mexicano, que había obviado un penal sobre Urretaviscaya (seguramente porque en la jugada anterior, el propio jugador celeste se desparramó de manera jocosa en el área, pidiendo un penal que no existió) marcó una clara falta sobre Cabrera dentro del área. Fue Hernandez quien se hizo cargo de la ejecución, pero el golero Rafael le adivinó la intención y contuvo el flojo remate del delantero, para coronar una tarde para el olvido del jugador del Palermo italiano. No quedó tiempo para nada mas que la celebración canarinha y el desconsuelo de los chicos uruguayos.

El sueño del campeonato se terminó, pero estos botijas no tienen que quedar en el olvido, la mayoría tienen grandes condiciones y deberían ser tenidos en cuenta en el próximo ciclo de la mayor. Allí habra revancha.