Cerca de la hazaña

Peñarol no jugó un buen partido en la noche del Pacaembú, pero aún así estuvo a un paso de llevar la definición de la primera mitad de la gloria (?) a los penales. El partido tuvo de todo: goles, gresca y hasta Pelé vestido de botones de hotel (?)

Desde el comienzo de las acciones Santos tuvo el control del balón, e incluso en los primeros minutos contó con ocasiones de abrir el score. Una de las mas claras estuvo en los pies de Elano, con un gran remate de larga distancia que fue bien desviado por Sosa. Promediando la etapa Peñarol se acomodó en el campo y dejó de sufrir el asedio de los primeros minutos. El problema del manya, como en toda la serie, fue que le costó mucho encontrar los espacios para hacer su juego, casi nunca encontró mal parado al fondo del peixe. Sobre el final de la etapa Santos volvió a apretar, aunque sin la intensidad del comienzo, y pudo haberse ido en ventaja al descanso pero le faltó precisión en la definición. El lateral Leo lo tuvo tras una gran jugada en la que definió mal con su pierna menos hábil.

Apenas comenzada la segunda parte, el volante Arouca realizó una buena apilada sobre el área aurinegra y le cedió la pelota a Neymar, para que el cabeza de casco de centurión romano (?) la mandara a la red con algo de complicidad de Sosa. El gol no cambió demasiado la tónica del partido, entre un Santos que manejaba el balón pero no lograba definir el pleito y un carbonero que generaba poco y nada y hacía ver la posibilidad de empate como algo lejano.

Faltando veinte para el final, cuando el cotejo se había tornado bastante chato, apareció el buen jugador Danilo y tras una gran jugada personal en la que dejó por el camino a Darío Rodriguez, definió cruzado haciendo estéril es esfuerzo del golero mirasol. El golpe pareció liquidar el encuentro y todo hacia prever una comoda victoria Santista, tal vez hasta por algún gol mas. Pero entre la impericia de los norteños y un Peñarol que se paró un poco mas arriba con los cambios de Aguirre la historia sería otra. Faltando pocos minutos para el cierre, en la única aproximación de Peñarol al arco rival, el lolo llegó hasta el fondo y envió un centro rastrero que el defensa Durvall, en su afán de despejar el balón, lo terminó metiendo contra su valla. Para el final quedó la emoción de un resultado que no estaba cerrado, aunque el manya en ningún momento mostró las armas futbolísticas para lograrlo.

El Santos resultó un justo ganador en el global de la serie, pero también es justo mencionar que lo de Peñarol fue notable, llegando hasta una instancia que nadie hubiera imaginado allá cuando se abrió la copa en aquella noche de Avellaneda.