15.6.18

Esto es partido a partido

El gol agónico de Josema para el poster / Foto: Reuters 


Terminó la espera. Luego de cuatro años de aquella salida agridulce de Brasil, con justa derrota ante Colombia en octavos de final por parte de un equipo decaído tras el “Suárez biting affaire”, esperaba el ultra moderno estadio de Ekaterimburgo en Rusia. Tercer mundial de competencia consecutiva para los Orientales y para el “Proceso” liderado por Oscar Tabárez.

En la víspera, en la apertura del grupo A, la selección local sorprendió y trepó a la cima con una goleada contundente 5-0 ante la murga Arabia Saudita, dirigida por el argentino Juan Antonio Pizzi. 

Los nervios comenzaron a jugar en contra para los dirigidos por Tabárez cumplidos los primeros 20’. El mediocampo no rendía y el equipo lo sentía. Los delanteros Suárez y Cavani no estaban cómodos. El balón no llegaba claro. La segunda pelota brillaba por su ausencia. Muy flojos Giorgian, Vecino y Nández.   

Egipto por su parte jugó el partido que mejor le servía. Se notó orden y táctica. Laburó bien el partido el DT argentino Héctor Cúper. Un equipo que se sentía menos que Uruguay, pero que resolvió bien parado en el fondo e intentando salir en bloque. En busca del viejo y querido zarpazo.   

Pero al faltarle su estrella, el delantero Salah (se recupera de una lesión en su hombro) sentado en el banco de suplentes, a Egipto le faltó lo evidente: presencia de ¾ de campo en adelante. De tener algo, se complicaría aún más para un Uruguay de poca chispa futbolística. 

El capitán Godín se puso el equipo al hombro en la primera mitad. Suárez daba pelea pero no se podía crear espacios. Cavani flotaba bordeando el área, retrasado apenas pero sin gravitar. La merma en el juego de Giorgian (llamado a ser la manija del equipo, el supuesto 10), volcado con pierna cambiada sobre la punta izquierda pero peleado con el balón y limitado por el trabajo en bloque de los defensores y volantes africanos, fue clave para la pobreza en el ataque. 

El pitazo del sobrio referí Kuipers para terminar los primeros 45’ cayó como un raspón para el público uruguayo. El equipo no aparecía y no le encontraba la vuelta a un rival modesto y aplicado.

Salah se acomoda el hombro mientras Egipto sufre su ausencia



En el complemento, la cosa lentamente comenzó a cambiar. Hubo adelantamiento Celeste, más énfasis en el toque en el mediocampo y en el intento de recuperar el balón. Pero seguían sin destacarse piezas claves como Vecino y Bentancur. Suárez seguía revuelto, sin encontrarle la vuelta al encare de cara al gol. No se juntaba con Cavani. Ambos no ganaban espacios para un posible pase que, además, no estaba llegando.

Egipto seguía su juego basado en un método que ya tenía tintes de escuela militar: defensa y salir en bloque. Sin romances ni locuras a la vista. Pero seguía sin tener algo fundamental: ataque. Elsehenawy flojo y controlado por la gran figura de Godín, escoltado por Giménez en la zaga. El golero Muslera jugó más con el pie en la salida calma del equipo que con sus manos, salvo un shot a distancia con peligro pero controlado sin dar rebote.

La cosa no marchaba y Tabárez hizo cambios correctos, entre la cautela y la propuesta. Fuera Giorgian y Naitan Hernández (?), ambos de bajo partido; adentro Sánchez y Cebolla. Dos jóvenes del recambio generacional que no funcionaron en el debut por dos veteranos de mil batallas. Jugada de ajedrez.

En el primer balón que el Pato controló, con su primera trepada por el carril derecho, acertó. Buen arranque para el volante que comenzó a gravitar. Todo balón parado era suyo y los envíos eran correctos.

Iban 30’ y comenzaba a ser el partido del golero egipcio, El-Shenawy, quien primero le tapó un gran mano a mano a Suárez, que lo quiso eludir ante la posibilidad de haber definido antes. Minutos más tarde, atajó con gran plasticidad en la volada un balazo a distancia de Cavani.

En los últimos 10’ Egipto tuvo un par de contragolpes aislados, frutos más de errores Celestes que de méritos propios. Los africanos extrañaban a más no poder a Salah, que lo miraba desde el banco. Pero los africanos no faltaron a la cita. Parecía que Cúper estaba sacando petróleo del field de Ekaterimburgo. Un empate con sabor a goleada.

Pero entrados los últimos 5’, Egipto clavó obreros y pirámides en el área de El-Shenawy. El guion se repetía mientras los uruguayos presionaban hacia el área más que generar ataques claros. Los africanos bancaban un resultado que podría ser histórico y clave para su vida en el grupo A. Salah ahora sufría desde el banco: gesto adusto y todas las ganas de estar con sus compañeros en la batalla.

Uruguay, que había crecido en su posicionamiento en el campo, no le encontraba la vuelta al trámite. Pero los cambios fueron acertados, ya que Cebolla le agregó presencia y polenta al ataque, mientras Sánchez tuvo otro centro en la agonía. Pero se iba la novia…

Minuto 89’. Balón parado desde el sector derecho para la Celeste, toda de blanco como ante Italia en Brasil 2014. Gran envío del Pato y Giménez ganó con gran cabezazo ante camisetas rojas y blancas. Como aquel gol de Godín (que en esta foto quedó apenas detrás de Josema) ante los tanos en Natal, casi un papel de calco. Monseh, estático, la vio pasar y pestañeó cuando el 1-0 era inevitable. Red. Caía la resistencia egipcia, de muy buen partido y mejor trabajo de equipo.

Josema se agarraba la camiseta en la zona del escudo mientras corría en dirección de sus compañeros de equipo, cerca del cuarto árbitro. Montonera, sonrisas y destape. Los hinchas uruguayos deliraban en las tribunas y ante las pantallas fuera del estadio. Un solo grito de gol, agónico, retumbó en Ekaterimburgo. Balón parado y la receta de la casa, esa que ha marcado en tantas ocasiones la rica historia de nuestro fobal.

Costó pero finalmente salió. Hay que corregir, pero nada mejor que hacerlo con un triunfo en debut mundialista. Algo esquivo, ya que desde México 1970 que no ocurría para Uruguay. Esto sigue. Partido a partido. Vamos que vamos.



1 comentarios:

Martincho dijo...

Si Suarez hubiese metido esa que tuvo en el 11 del primer tiempo, la que pego afuera de la red y todos lo gritamos como gol, Uruguay le hacia 5 a Egipto. Tienen un muy buen equipo y Cuper es un tecnico que conoce a Uruguay, pero tampoco son la 7 maravilla. Ahora hay que salir a matar a Arabia Saudita y conseguir una buena diferencia de goles para llegar tranqui a la definicion con los Uncle Putin's boys. Saludos.

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